Apenas un centro que cerca estuvo Tanaka de conectar despertó algo de emoción en los aficionados. Todo lo que no pudieron producir en el tiempo reglamentario llegó en el alargue. Los nervios y el miedo al error ganaron terreno, por lo que los últimos minutos de la segunda mitad se fueron entre fricciones, pases malogrados y poco tránsito en las áreas.