El Estadio de los Juegos Mediterráneos ha registrado numerosos llenos a lo largo de su historia. Algunos de ellos, por ejemplo, fueron con el aforo ampliado a 20.000 espectadores, durante las galas de apertura y clausura de los Juegos Mediterráneos de 2005 y durante el encuentro que disputó la Selección Española Sub-23 en la final por el oro en los Juegos Mediterráneos de 2005 que a la postre acabaría ganando.