Identificado que la práctica deportiva era un remedio frente a la ociosidad, el beato Narciso Basté, director del Patronato entre 1901 y 1932, dio instrucciones de talar ciertos árboles, prescindir de algunos huertos y despejar ciertas zonas de otros elementos para crear un campo de deportes para uso de la llamada «Sección Gimnástica del Patronato de la Juventud Obrera», cuya sede se encontraba en el número 2 de la calle Portal de la Valldigna.